En esta población de Villatoro, se encuentra enclavada la Casa Rural Mirador del Picote. Se trata de una casa de arquitectura popular del S. XIX, cuidadosamente rehabilitada que conserva el sabor antiguo: respetando la fachada y paredes interiores de piedra, techos de madera y suelos de granito. adaptándola a los tiempos actuales y dotándola de todas las comodidades para hacer una estancia agradable. Ideal para parejas que quieran desconectar y descansar, así como familias con niños que quieran disfrutar del campo y conocer la vida tranquila de un pueblo.

La casa en planta baja dispone de una capacidad para 5 personas, consta de dos habitaciones, una amplia de matrimonio y otra doble, dos baños completos con ducha de hidromasaje en cada una de ellas, un amplio salón-comedor con chimenea, cocina independiente, patio con barbacoa y por supuesto las maravillosas vistas del Picote y las estribaciones de la sierra de Gredos.

El mobiliario de la casa es acorde con la decoración antigua típica de la zona, sin perder las comodidades de una casa moderna con lavadora, horno, microondas, placa inducción, frigorífico, calefacción, televisión, DVD, colección de juegos, etc.

En definitiva se trata de una casa rústica situada en un pueblo agrícola y ganadero, rodeado de montañas, donde nace el río Adaja. Ideal para los amantes de la naturaleza y tranquilidad.

Se admiten animales (consultar previamente).

Situado en la provincia de Ávila, Villatoro posee una variedad de paisajes notables; por una parte, los paisajes de morfología llana ubicados en el valle del río Adaja y, por otra parte, los de morfología más abrupta como son las sierras de la Paramera y la Serrota en su falda norte. Su vía de comunicación principal es la carretera N-110. La economía del término está centrada mayoritariamente en la ganadería y el resto se reparte entre el sector servicios, de construcción, comercio y hostelero. Además, el sector primario (ganadería-agricultura) está en retroceso progresivo. Con la potenciación del turismo rural y cultural, que en los últimos años se ha manifestado en la provincia de Ávila.

Se conoció en la Edad Media con el nombre de San Miguel del Soto y después con el nombre actual de Villatoro.

En el siglo XIV fue dado en señorío a Sancho Blázquez de Ávila, obispo de la diócesis de Ávila desde 1312 hasta 1355, hombre de entera confianza de María de Molina, a quien apoyó incondicionalmente durante la minoría de Alfonso XI. María de Molina le nombró Notario Mayor de Castilla y Alfonso XI Canciller Mayor.

Tras la muerte de Sancho Blázquez, el señorío quedó ligado a la Casa de los Dávila, señores de Navamorcuende, y, desde finales del siglo XVI, después de un largo y costoso pleito, a la Casa de los Dávila, señores de Velada, a la que permaneció ligado hasta el siglo XIX.

Es un pueblo cuya trama urbana quedó organizada en torno al camino Ávila-Piedrahita que desde la Edad Media atravesaba la localidad.

En sus inmediaciones, en la ladera de la Serrota, en un prado en medio del robledal, cruzado por el camino que sube a la sierra y comunica con Villafranca, están las fuentes del río Adaja, que atraviesa el Valle Ambles y pasa junto a la muralla de Ávila.

Villatoro se encuentra a 43 km de Ávila y 147 km de Madrid.

En su término y alrededores hay infinidad de actividades de ocio para aquellas personas que les guste la naturaleza y la vida rural.

Montar en Bicicleta de montaña-BTT, Senderismo-Trekking, Escalada, Paintball, Rutas en Quad y a Caballo, Parapente, Rutas gastronómicas con un tapeo excelente, típico son las patatas revolconas con torreznos, las judías de barco, los asados de cochinillo y cabrito, pero sin duda el plato estrella es el chuletón de Ávila.

En su construcción intervienen primero el maestro Juan Campero a principios del siglo XVI, después Diego Martín de Vandadas y por último, Domingo y Francisco Martín, a finales de siglo.

La Iglesia catedralicia de Villatoro es un magnífico ejemplo gótico, de las mejores de la provincia. De estructura gótica, de tres naves de gran altura, crucero, cabecera poligonal, bellos ventanales con arcos apuntados decorados con bolas y geminados interiores, bóvedas de crucería estrellada en la capilla mayor y en el crucero, cuyas claves se llenan de flores y escudos de los señores de la villa. Tiene varios retablos barrocos, el mejor es el mayor, con columnas salomónicas. capilla mayor ochavada, con potentes contrafuertes en sus aristas, y torre adosada a los pies, está construida en piedra de sillería.

Las naves están cubiertas en la actualidad, con armadura de madera. Se accede al interior por tres portadas: la del norte está protegida por un pequeño nártex; en la de los pies, el grosor del muro obliga a abrir un nártex que apoya en lisas pechinas en cuyo fondo se abre una pequeña puerta semicircular; y la del sur, con un nártex adosado al muro y rematado con un cuerpo dentado, con bolas y el escudo de seis roeles de la Casa de los Dávila.

En el interior destacan el retablo de la Virgen del Rosario, de Manuel González Delgado, de 1703, las imágenes de la Virgen y San Juan, procedentes de un calvario sintético, emplazadas a media altura en los dos pilares inmediatos al presbiterio, la capilla bautismal, con su pila, y sobretodo, la Virgen de la Antigua del siglo XIV, entronizada, sentada sobre un trono formado por un banco sin respaldo que sostiene con la mano izquierda al Niño sobre su rodilla izquierda, y con la derecha, levantada, muestra un fruto.

Frente a la fachada occidental de la iglesia se encuentra la plaza del pueblo adornada con tres verracos encontrados en la localidad.

El castillo estaba situado en el extremo oeste del valle Ambles, defendería el paso al valle del Corneja.

Fue fundado a mediados del siglo XIV por Alfonso XI en favor del obispo don Sancho Dávila y sus descendientes en reconocimiento de su lealtad y de los servicios prestados a la Corona. A finales del siglo XVI, don Gómez Dávila, II Marques de Velada, maestresala de Felipe III, reclamó judicialmente el señorío y obtuvo sentencia a su favor recibiendo la Casa de Velada el señorío y la fortaleza. Don Gómez Dávila la renovó construyendo en ella un pabellón de caza. La torre tenía tres niveles unidos con otros tantos niveles inferiores del castillo mediante puerta, bajo arco de medio punto. Su perímetro de gruesos muros de sillería cuenta con troneras-buzón. La única ventana restante cuenta con alféizar de piedra.

Su valor estratégico es tal que en el Catastro de Ensenada figura que los vecinos pagaban al alcaide de la fortaleza de dicha Villa diez reales.

Los restos conservados se reducen a una de sus cuatro torres originales y parte de sus dos paños perimetrales, que han sido convertidos en casa rural.

Municipio: Amavida (Valle Ambles y Sierra de Ávila).

Construido en el siglo XVI en el lugar de una antigua ermita y junto a un gran peñasco en el que se encuentran interesantes petroglifos.

De su riqueza y monumentalidad sólo queda en pie la torre de si iglesia.

Cercano a las ruinas del convento existe un pequeño abrigo, una oquedad entre grandes rocas, que da acceso a una plataforma sobre la que están grabados unos petroglifos.

Hasta ahora no ha sido posible identificar la época ni el significado.

El petroglifo está compuesto por dos círculos, uno de radio doble que el otro, separados por un triángulo.

El triángulo podría ser representación de un monte y los círculos representación del sol y la luna, interpretación que vendría avalada por estar orientados hacia el llamado Risco del Sol, pico situado al otro lado del Valle Ambles, en la sierra de la Paramera.

Según la tradición, en tiempos de la conquista musulmana los cristianos guardaron en la oquedad una imagen de la Virgen del Risco para que no fuera destruida por los infieles.

La imagen fue encontrada en el siglo XIV y, para venerarla, se construyó una ermita junto al abrigo rocoso en que apareció.

A finales del siglo XV en el lugar donde estaba dicha ermita se construyó un convento de agustinos a quienes cedió los terrenos el señor de Villatoro y Navamorcuende.

El monasterio creció y se enriqueció hasta llegar a tener a mediados del siglo XVIII una cabaña de más de 5.000 ovejas que trashumaban hasta las dehesas de Extremadura.

La iglesia fue renovada a finales del siglo XVII, en 1775 se levantó su magnífica torre y en 1791 se añadieron retablos neoclásicos a las naves del templo.

El monasterio tenía iglesia, claustro, residencia para los monjes, mirador, terrazas para el cultivo, hospedería para peregrinos, establos, almacenes y una buena red de abastecimiento de agua y caminos de acceso.

Su decadencia comenzó en el siglo XIX.

Fue lugar de reunión de guerrilleros durante la Guerra de la Independencia y sufrió los efectos de la ocupación francesa.

A partir de entonces sólo quedaron algunos monjes y en el año 1835 se vio afectado por el decreto de exclaustración de conventos que no tuviesen un mínimo de doce religiosos.

Después sufriría los efectos de la desamortización y se ha ido deteriorando con el tiempo.

Quedan en pie su espléndida torre, el arco de entrada de la antigua iglesia y restos de sus muros.

En Pradosegar a 6,4 kilometros de Villatoro, se encuentran en el discurso del rio 12 molinos, en los que se molía el grano recolectado en buena parte del valle. Actualmente los molinos ya no están en funcionamiento y solo se podrán visitar sus ruinas, pero siguen siendo una auténtica joya de las construcciones civiles de su época.

En el término de San Juan del Olmo, en el Puerto De Las Fuentes se puede visitar esta cripta romana, donde enterraban a sus muertos.

Muy Cerca y pegada a la carretera se encuentra la Ermita De Las Fuentes, declarada conjunto histórico artístico y una de las ermitas más bonitas de la zona.

Es una zona arqueológica que se halla a algo más de un kilómetro al este de la población de Niharra, prácticamente a orillas del rio Adaja.

Los restos visibles que dan nombre al yacimiento corresponden a época romana. Se trata de muros de opus caementicium, conservados en ciertos puntos hasta cerca de dos metros de altura, configuran habitaciones rectangulares en un caso pavimentadas con opus signinum. El conjunto de habitaciones hace pensar en un asentamiento de carácter rural, cuya cronología, teniendo en cuenta los materiales recuperados en las excavaciones de 1984, parece corresponder al Bajo Imperio Romano.